jueves, 28 de mayo de 2015

Comienza el viaje



Escribir es dificil. Dificil pero maravilloso. Tal vez, lo más dificil es volver a escribir después de haber abandonado. Entonces, ¿por qué abandonar en primer lugar? Después de leer y releer muchas reflexiones y creaciones encontré una buena respuesta: Felicidad mata escritor.

En estos últimos años viajé, vencí miedos y cumplí sueños que ni siquiera sabía que tenía. Descubrí lugares paradisíacos y personas que merecen ser llamadas personajes. Viví situaciones novelezcas en tramas que sobrepasaron los adornos de cualquier ficción y me prometí registrar todas mis memorias, capitalizarlas en un contenido que me permitiera revivir cada momento y compartirlo. Sin embargo, automáticamente mi misión me hizo entrar en pánico. Me había propuesto un objetivo demasiado alto. Debía escribir algo lo suficientemente bueno para sumergirme en esos escenarios, volver a sertir los aromas, el aire de cada uno de esos lugares, las tonalidades de voz y los acentos de todos los implicados en mis aventuras. Mi empresa era tan imponente que me frustré por miedo a fracasar y los días comenzaron a pasar. Así fue que el miedo y la culpa de  dejar escapar detalles se hicieron cada vez más grandes.

Después de idas y vueltas un día nació The Map is calling. ¿Diario de viajes? ¿Recomendaciones? ¿Periodismo? ¿Ficciones? Exacto: un espacio sin reglas. Como cualquier fanático puede constatar, viajar se transforma rápidamente en una adicción y cuando uno ya cedió ante sus placeres, el planisferio se convierte instantáneamente en un objetivo/desafío personal. ¿Por qué? Porque el que viaja o sueña con viajar no ve en un mapa líneas que le recuerdan la clase de geografía. Un día abrimos los ojos y nos damos cuenta de que un mapa es mucho más: experiencias, promesas, personas, aromas, cosquillas en el estómago.


Este blog es para quien comparte el amor por los viajes, los idiomas, las culturas y la fotografía. Muy especialmente para aquellos que saben valorar la luz efímera y única de un atardecer. Todos los que sienten esa chispa, esa adrenalina que les recorre las venas mientras fantasean explorando los confines de Google earth y lo saben. Ya no quedan dudas, el mapa está llamando.